Un poco de idilio y mucho de temor. Y sobre todo una gran negación. Eso parece ser lo que los jóvenes imaginan de la vejez. Atrás quedaron la foto de una abuela tierna y el ejemplo a seguir del abuelo.
Los jóvenes de hoy no quieren saber nada con imaginarse viejos.
Datos de una encuesta realizada por la consultora D’Alessio IROL a los que Clarín muestran que la mitad de los jóvenes argentinos prefiere no pensar en la vejez. Cuando se les preguntó a los entrevistados (285 hombres y mujeres de entre 16 y 30 años) cómo veían a la vejez, el 50% no pudo responder y sólo dijo que no la veía “de ninguna manera en particular”.
Del estudio surgen otros datos que permiten trazar un mapa sobre qué piensan los jóvenes de sus mayores: casi tres de cada diez sostiene que la vejez les provoca temor e incertidumbre . En cambio, el 24% optó por el respeto. Para la mayoría, se empieza a ser viejo a partir de los 69 años.
“La relación de los jóvenes con los viejos es hoy predominantemente conflictiva ”, sostiene el psiquiatra Eduardo Stein. “El devenir histórico social tiene una fuerte implicancia en esta relación. Hay una enorme parte de la juventud que ni se plantea cómo será su vejez porque tiene muchas cosas que resolver hoy y tiene por delante un horizonte bastante negativo”, agrega. Según el especialista, una de las cosas que más influye es que “ la familia tipo está lo suficientemente cuestionada como para que el vínculo con la vejez se vea alterado”. Y enumera entre los motivos a las familias que deben volver a la casa de sus padres, los abuelos obligados a cuidar a sus nietos, las separaciones o una escuela que también cambió su rol.
De la encuesta se desprende que la experiencia (74%) y la sabiduría (50%) son las primeras cuestiones con las que se asocia a la vejez. En contraposición, la adrenalina (72%) y el desafío (64%) fueron las más elegidas para describir la juventud.
“Los jóvenes en general no tienen mucho registro de lo que es la vejez”, opina Cristina Castillo, psicoanalista y docente del Centro Dos. “Es algo que los excede. Los adolescentes tienen una distancia psíquica no temporal y por eso les es muy difícil pensarse viejos. Ahora, que no haya registro de la vejez es un problema ”, añade.
En un mundo en el que el papel de los mayores ha cambiado –desde la abuela que sigue trabajando hasta la jubilación del abuelo que permite sobrevivir al hijo desocupado– la percepción sobre la vejez también cambia. Así aparecen los temores, y los que están relacionados con la salud (propia o ajena) abarcan el 50%. Los más frecuentes: la perdida de los seres queridos (16%), la falta de lucidez mental (15%) y los problemas de salud (15%).
Casi 4,9 millones de jubilados cobran la pensión mínima de 895 pesos. Es decir que deben sobrevivir con 30 pesos por día. Acaso sea esa la imagen que prevalece cuando los jóvenes piensan en su propia vejez. No es extraño entonces que “el 35% de los abuelos o gente mayor cercana a los encuestados –afirma el estudio– está envejeciendo de mala manera”.
Castillo opina que “en la cultura occidental, la vejez no es un sinónimo de sabiduría sino de deterioro . Hoy se vive un culto exacerbado por la juventud en el que se reniega del paso del tiempo . La juventud es un tesoro que no hay que perder”. Para la psicoanalista, “se está viviendo un tiempo en el que la adolescencia se está extendiendo más allá de los límites esperables . Se personas adultas, de treinta años o más, con conductas adolescentes”.
El estudio de D’Alessio IROL señala también qué pasa con los jóvenes y sus referentes. Aunque el 44% dijo que encontraba un modelo a seguir entre los ancianos de su familia, el 29% aseguró que no encuentra referentes entre sus mayores.
Lucía Fiasson no es de las que entra en ese último grupo. Tiene 17 años y vive con su mamá en el Abasto. A fuerza de taladrar siempre con lo mismo logró que hasta su abuelo supiera quiénes son los Jonas Brothers. Para ella, sus abuelos “son un gran ejemplo. Son bastantes modernos y siempre que tengo un problema o necesito algo puedo contar con ellos”.

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