La hormona de crecimiento también es importante en la vejez
Diversos estudios clínicos ya habían demostrado que el déficit de la hormona del crecimiento en niños podía conducir a un deterioro de la función cognitiva. Ahora, un estudio estadounidense revela que las consecuencias pueden ser similares cuando el déficit de la hormona se registra en personas de edad avanzada.
· Virginia Rodríguez - 13/01/2006
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Algunos estudios han sugerido que la disminución de los niveles de la hormona de crecimiento en la tercera edad puede contribuir al deterioro cognitivo que acontece en esta edad. En condiciones normales, la hormona está presente en el líquido cefaloraquídeo, sustancia que baña el sistema nervioso central, y sus receptores se localizan en el cerebro, concretamente en la región del hipocampo, estructura crucial para el proceso de aprendizaje y memoria.
Se ha evidenciado que las personas con edad avanzada tienen una disminución de estos receptores en el sistema nervioso central. De hecho, los niños que tienen déficit de hormona de crecimiento padecen alteraciones cognitivas importantes que pueden ser moderadas con la administración de hormona del crecimiento. También se han observado déficit cognitivos cuando la disminución de la hormona tiene lugar en la edad adulta.
Trabajo estadounidense
Investigadores de la Universidad de Washington han presentado los resultados de un trabajo que pretende demostrar los beneficios de la administración de hormona de crecimiento en las personas con deterioro cognitivo.
El estudio incluye a 89 personas con edad media de 68 años que no presentan deterioro cognitivo a las que se administra hormona del crecimiento durante un período de seis meses. Los resultados constituyen la primera evidencia científica clara de que el tratamiento de sustitución hormonal, mejora la función cognitiva de las personas ancianas.
Funciones cognitivas
Tras 6 meses de tratamiento, se evidenció una mejora en el 6% de las funciones cognitivas de las personas incluidas en el estudio, sobre todo de las funciones relacionadas con psicomotricidad y memoria. Por el contrario, no se ha demostrado que la hormona del crecimiento mejore la capacidad motriz del anciano. En la actualidad, los mecanismos de actuación de la hormona son desconocidos, pero parece que están relacionados con el aumento de la vascularización cerebral. Las aplicaciones clínicas de la administración de la hormona del crecimiento pueden ofrecer claras ventajas en la prevención de demencia y deterioro cognitivo en ancianos; la demencia constituye una de las enfermedades que más deteriora la calidad de vida de las personas mayores de 65 años, cuidadores y familiares.