Mascotas: la mejor terapia frente al envejecimiento
Cuidar una mascota disminuye la posibilidad de sufrir ciertas enfermedades.
La soledad y el abandono incrementan la vulnerabilidad de los ancianos
Un estudio ha demostrado que el cuidado de una planta o de un animal de compañía mejora la situación psicológica de los ancianos, especialmente la depresión. Además, la responsabilidad de cuidar a una mascota, aumenta la autoestima y disminuye la posibilidad de sufrir ciertas enfermedades.
· V. Jiménez - 10/02/2006
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Los efectos terapéuticos de las mascotas en numerosas enfermedades son conocidos desde hace siglos. Ya en 1792, el Doctor Tuke intuyó que los animales podrían ofrecer resultados positivos en el tratamiento de pacientes con enfermedades mentales, favoreciendo el autocontrol mediante técnicas de refuerzo positivo. Posteriormente, se demostró que los animales ejercían un papel relajante en las personas con epilepsia. Y, en la actualidad, el centro de tratamiento de trastornos mentales de Bethel, en Alemania, utiliza los animales como forma de terapia de más de 5.000 pacientes ingresados. También se recomienda la compañía de una mascota como una parte del tratamiento en trastornos infantiles. Sin embargo, pocos datos existen sobre los beneficios de las mascotas en las personas de la tercera edad.
Habitualmente, los ancianos sufren una ruptura en el núcleo familiar, y, en muchos casos, son trasladadas a residencias que refuerzan sentimientos de aislamiento e inutilidad, por esta razón constituyen un grupo de población de especial riesgo para sufrir de soledad y abandono, factores que contribuyen a aumentar la vulnerabilidad, empeorar aspectos somáticos y psicológicos, y a reducir la calidad de vida, acortando, incluso, la esperanza de vida.
Mascotas saludables
Para determinar los beneficios de la terapia con animales en este grupo, un estudio europeo ha analizado los cambios de actitud experimentados en 144 ancianos, distribuidos en tres grupos. En uno de ellos se les hacía acoger un canario, en otro una planta y al tercer grupo de ancianos no se les dejaron a su cargo ni plantas ni animales.
Las diferencias observadas en el comportamiento y en la salud de los ancianos fueron significativas en función del objeto recibido. Los resultados del estudio han demostrado que los animales de compañía mejoran la percepción de la situación psicológica, especialmente la depresión. Además, la responsabilidad de cuidar a un animal, aumenta la autoestima y disminuye la posibilidad de sufrir ciertas enfermedades.
En general, los datos obtenidos en este y otros trabajos similares confirman los beneficios derivados cuidar de un animal de compañía, en lo referente a la salud mental y psíquica de los ancianos.