Las técnicas de neuroimagen aportan nuevos datos a la enfermedad mental
Las técnicas de neuroimagen como la tomografía por emisión de positrones (PET) o la resonancia magnética funcional (fRMI) son capaces de determinar la actividad cerebral a través de los cambios que se producen en el flujo sanguíneo cerebral. Por este motivo constituyen un elemento fundamental en el diagnóstico precoz de las enfermedades mentales.
· Ana Vallejo - 08/04/2006
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Entre las diez primeras causas de discapacidad en el mundo, las enfermedades mentales ocupan el cuarto puesto y suponen, aproximadamente, un coste social que oscila entre el 3 y el 4 por ciento del Producto Interior Bruto de cada país. Por este motivo una de las piezas claves para lograr un diagnóstico precoz de estos trastornos son las técnicas de neuroimagen, que se han desarrollado notablemente en los últimos años. Estos procesos determinan la actividad cerebral mediante cambios que se producen en el flujo sanguíneo cerebral.
"Toda actividad del cerebro, sea patológica o no, se refleja en las pruebas de neuroimagen y con ellas se pueden investigar también procesos psicológicos no patológicos", asegura Juan José López Ibor, presidente y organizador del Congreso Centenario Juan J. López Ibor, que tendrá lugar en Madrid entre los días 19 y 22 de abril, y en el que se debatirán éste y otros temas relativos al diagnóstico y tratamiento de las enfermedades mentales.
Las técnicas de neuroimagen, entre las que se encuentran la PET (tomografía por emisión de positrones) o la fMRI (resonancia magnética funcional), reflejan cómo funciona el cerebro cuando está almacenando algún tipo de recuerdo. De esta forma se pueden observar, por ejemplo, las alteraciones que se producen en el cerebro de las personas con estrés postraumático o con trastornos obsesivos, en los que se han detectado "hallazgos característicos de los enfermos de esquizofrenia como la hiperactivación de una zona de la corteza cerebral", señala López Ibor.
Las técnicas de neuroimagen han facilitado el estudio de las enfermedades mentales haciendo posible la investigación de los cambios que se producen en el cerebro. Así, y como reconoce este especialista, "anteriormente se pensaba que los trastornos de ansiedad eran debidos a traumas infantiles y de pronto cambian los criterios de diagnóstico de esas enfermedades". Gracias a estas técnicas surgen nuevas teorías sobre el origen y tratamiento de las patologías mentales, y con ellas nuevos fármacos, lo que provoca el interés de la industria farmacéutica por la investigación de estos trastornos.
Antipsicóticos
Otro de los temas que se tratarán en el Congreso Centenario Juan J. López Ibor es la prescripción de antipsicóticos de primera y segunda generación. En este sentido, los especialistas se decantan por los psicofármacos de segunda generación, que tienen menos efectos secundarios y que facilitan la tolerancia. "Los antipsicóticos tradicionales, llamados neurolépticos, paralizan el sistema nervioso y consiguen transformar a un enfermo psiquiátrico en un enfermo neurológico", explica López Ibor. Gracias a los antipsicóticos de segunda generación se reducen notablemente estos efectos extrapiramidales y los enfermos son más accesibles al tratamiento psicológico.