Gerontología - Universidad Maimónides

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Septiembre 02, 2006

Lente intraocular: una solución para las cataratas

lente_intraocular.jpgDurante su colocación también se puede corregir la presbicia

El 40% de los mayores de 60 las padece

Tan sólo 15 minutos pueden cambiarle la vida a una persona. Y un claro ejemplo es la operación de cataratas, que permite que aquel que perdió la calidad de visión puede recuperarla o incluso mejorarla. Ese es el caso de Gladys Salazan Broide, de 66 años, que pasó por el quirófano hace un año.

La Nación Salud
Sábado 2 de Septiembre de 2006

"Mi catarata era incipiente, pero al salir al sol no podía abrir los ojos. Además, como estudio Derecho usaba anteojos para todas las distancias. Ahora ya no los llevo colgando, no se empañan con el café ni se mojan los días de lluvia", cuenta.

"La catarata es la opacidad del cristalino, que es una lente natural del ojo con la que se enfoca", define Marcelo Sterzovsky, médico oftalmólogo y director del Primer Centro de Microcirugía Refractiva de Buenos Aires. La aparición de este problema puede deberse a diferentes causas, pero la principal es el paso del tiempo.

"Después de los 50 años, el 20% de las personas padece esta afección. Mientras que los de más de 60 duplican ese índice", afirma Daniel Scorsetti, director de la carrera de Médico Especialista en Oftalmología de la Universidad del Salvador. "Es que el cristalino envejece. Está en constante crecimiento y, después de cierta edad, las células nuevas ya no son tan transparentes y provocan la opacidad. Hoy, como vivimos más tiempo, crece la posibilidad de desarrollar esta enfermedad."

También existen otros orígenes. "Están las cataratas congénitas, que se forman durante la gestación. Estos casos necesitan una intervención inmediata, ya que la vista de los bebes es inmadura y cuanto antes se opere es mejor para que pueda ser estimulada -describe Scorsetti-. También están las llamadas cataratas secundarias, provocadas por traumatismos, enfermedades como la diabetes, o por el uso de corticoides, como los que contienen algunos colirios, que muchas veces se usan de manera indiscriminada."

El lugar donde la opacidad se aloje definirá su clasificación en nuclear o cortical. "La primera se da en el núcleo del cristalino, y provoca molestias ante la luz fuerte, mientras que la segunda crece en la corteza y enturbia la vista o genera visión doble", aclara Sterzovsky.

Con el paso del tiempo, la catarata avanza y muchas veces dificulta la vida del paciente. "Veía todo más opaco, sin brillo, hasta a veces doble. Me faltaba claridad para leer, por eso apenas me dijeron de operarme, acepté", dice, contento, Pablo Chami, de 63 años, que lleva 10 días recuperándose y espera volver a sus clases de gimnasia.

En otro consultorio, Martha Mattera llora al recordar cómo vio cuando salió de la operación. "Me siento más joven, liberada. Puedo leer el menú en un restaurante o comprar anteojos de sol lindos, sin aumento", cuenta.

Cómo es la cirugía

"Durante la intervención, que es ambulatoria, se remueve el cristalino natural. Se absorbe el contenido y queda una cáscara, que será la base de la nueva lente intraocular. La incisión es sólo de 2 a 3 milímetros; esto es posible porque la lente, de unos 13 mm de diámetro, es flexible. Además, la anestesia se da en gotas, y es local. Es tan chica la herida que no lleva puntos. Generalmente, al otro día el paciente puede volver a sus actividades", explica Robert Kaufer, director médico de Kaufer Clínica de Ojos.

Uno de los detalles importantes para tener éxito en la intervención es elegir bien qué tipo de lente hay que colocarle al paciente, ya que la idea es que no dependa más de los anteojos. "Hay que decidir entre las lentes intraoculares monofocales o multifocales", observa Scorsetti. Las primeras son usadas por el 80% de las personas operadas, pero las segundas permiten enfocar tanto de lejos como de cerca. Incluso, algunas vienen con filtro contra la luz azul para proteger la retina.

Un ejemplo de esto es Carola Isenrath. "Usaba anteojos bifocales. No veía nada ni de cerca ni de lejos. Ahora no uso nada. Como me colocaron unas lentes intraoculares multifocales, los primeros días tuve que acostumbrarme para ver de cerca, pero con el tiempo eso se acomodó. Ahora me veo en las fotos con anteojos y no me gusto."

La misma cirugía permite solucionarse también la presbicia, que es la pérdida de la acomodación de la lente natural del ojo. "Hasta los 40 años el cristalino hace autofoco (se engruesa y alarga), pero luego queda plano. Es entonces cuando la gente empieza a usar anteojos para leer. Hoy los pacientes pueden ser operados y solucionar el problema con unas lentes multifocales", aclara Kaufer. Incluso, con esa intervención es posible evitar la posible aparición de una futura catarata.

¿Cuándo es el momento adecuado para animarse a entrar en el quirófano? "Antes se decía que la catarata tenía que madurar, eso significaba que la persona llegaba a la operación casi sin ver. Hoy, se interviene apenas exista alguna limitación en las actividades diarias", advierte Sterzovsky.

Por Marysol Antón
De la Redacción de LA NACION
Una forma de ceguera reversible

Con las técnicas actuales que se emplean en una cirugía de cataratas es muy improbable que una persona que tenga cataratas quede ciega. Sin embargo, si esta enfermedad no se trata el campo visual va disminuyendo hasta ser nulo. Por eso, uno de los índices que marcan el subdesarrollo de un país es la cantidad de personas que quedan no videntes a causa de esta enfermedad. A pesar de saber eso, en el mundo la principal causa de ceguera tratable siguen siendo las cataratas. Pero hay una parte positiva en esto: si las operaran las personas volverían a ver.
Dónde consultar

Kaufer Clínica de Ojos: www.kaufer.com .

Primer Centro de Microcirugía Refractiva de Buenos Aires (Cemir): www.cemir.com .

http://www.lanacion.com.ar/edicionimpresa/suplementos/salud/nota.asp?nota_id=836721

Septiembre 01, 2006

La sociedad china envejece a un ritmo galopante

La sociedad china envejece a un ritmo galopante según los últimos datos oficiales, con más de 100 millones de mayores de 65 años, lo que podría llevar a que el país perdiera la ventaja económica de su gran mano de obra, informó hoy el diario "China Daily.

Infobae.com
01.09.2006

Según un estudio de la Academia de Ciencias Sociales, la cifra de población en edad de trabajar llegará a su punto máximo en el año 2016, con 997 millones de personas, momento en el que empezará a decrecer.


Estos datos tendrán consecuencias palpables en la economía china, que ya empieza a resentirse de la escasez de obreros, especialmente en la industria que utiliza mano de obra intensiva situada en las áreas de rápido desarrollo del país como Cantón (sur), la desembocadura del río Yangtsé (este) y el noreste.

"Entre 2005 y 2030, se prevé que la población en edad de trabajar (entre 15 y 64 años) crezca a un ritmo del 0,4 por ciento al año, bastante menos que la media mundial del 1,2 por ciento", señaló al diario Cai Fang, director del Instituto de Población y Economía del trabajo de la Academia China de Ciencias Sociales.

En ese periodo, las personas entre 50 y 64 años aumentarán en un 67 por ciento, y serán el 10 por ciento de la población china en 2017, cuando el país empezará a ver limitada su mano de obra.

La abundancia de obreros ha sido hasta ahora el mayor apoyo económico chino, al que se debe la quinta parte del crecimiento del PIB entre 1978 y 1998, propiciado por el éxodo masivo de campesinos a las zonas industriales.

La política del hijo único, que ha evitado el nacimiento de 400 millones de personas desde que se puso en marcha en los años 70, ha embarcado a China en el club de los países envejecidos -aquellos cuya población de más de 65 años es mayor al 7 por ciento-.

A diferencia de los países desarrollados que mantienen esta tendencia, cuya renta per cápita anual era de 5 a 10.000 dólares cuando su población comenzó a envejecer, los chinos ganan poco más de 1.000 dólares al año, una cifra que lo sitúa entre los países en vías de desarrollo.

Agosto 31, 2006

Trabajar más de siete horas en una oficina eleva riesgo de hipertensión

Tras investigar a 24 mil empleados, científicos de Estados Unidos descubrieron que trabajar más de siete horas al día en una ofincia eleva el riesgo de sufrir hipertensión.

Infobae.com
31.08.2006

Así lo revelaron los expertos de la Universidad de California al examinar a 24 mil adultos trabajadores que pasaban màs de 51 horas o más a la semana.
Así, mostraron que los empleados que pasaban unas 7 o más horas en sus empleos tenían un 29% más de chances de sufrir alta presión.
Asimismo, este riesgo se incrementó con los adultos que sufrían de sobrepeso.
Además, los expertos descubrieron que la hipertensión era más común en trabajadores con menos preparación que en profesionales.
“Esto sugiere que las ocupaciones que implican más desafíos y mentes activas tienen un efecto protector en los trabjadores”, señaló a Reuters el doctor Yang, uno de los líderes de la investigación.

La mitad de los que padecen aterosclerosis no tienen síntomas

SEMINARIO LATINOAMERICANO "PONLE CORAZON" EN RIO DE JANEIRO

Lo advierten los especialistas en enfermedades cardiovasculares.

Victoria Tatti
31.08.2006 | Clarin.com

La aterosclerosis es una enfermedad silenciosa: la mitad de las personas que la padecen no tienen síntomas y pueden pasar muchos años sin ningún malestar.
Para los afectados, la primera señal es el infarto de miocardio, durante el cual una porción de su corazón —a veces parcial y otras "enorme", según los especialistas— muere para siempre.
La mitad de los que sufren un infarto muere en el acto sin llegar a ser hospitalizado.
Esta fue una de las conclusiones del Seminario Latinoamericano "Ponle corazón: ver y tratar la aterosclerosis en Latinoamérica", que se realizó en Río de Janeiro y fue organizado por AstraZeneca.
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año mueren 8,1 millones de hombres y 8,6 millones de mujeres; en la Argentina, 90.000 personas por año. Estas enfermedades matan más gente que todas las formas de cáncer, incluso que el sida.
La aterosclerosis es silenciosa y está rodeada de mitos. Muchos creen que es una enfermedad exclusiva de los ancianos. Y si bien es cierto que el riesgo de padecerla aumenta sensiblemente con la edad, también lo es que, cada vez más, la sufren personas jóvenes, incluso los adolescentes.
"Existe un estudio sobre 6.000 adolescentes de países europeos y de los Estados Unidos. Ninguno tenía síntomas y en uno de cada seis se comprobó que ya tenía aterosclerosis", aseguró María Inés Marulanda, médica clínica del Centro Clínico Guerra Méndez, Caracas, Venezuela, y miembro de la American College of Physicians.
¿Cómo se produce la aterosclerosis? El colesterol es una sustancia blanda y grasosa —proviene mayoritariamente del hígado (75%), y el otro 25% restante de los alimentos—, que junto con otras sustancias se puede acumular en las arterias produciendo la aterosclerosis.
Afortunadamente, el colesterol HDL (conocido como el bueno) barre de las arterias algo del colesterol LDL (el malo) que se va sedimentando en un lento proceso cuando los niveles se encuentran elevados. Para que la sangre fluya de manera efectiva, los vasos sanguíneos deben ser flexibles y libres de placas de grasa. Cuando el colesterol se acumula en las paredes de las arterias, se vuelven rígidas y más estrechas.
Como consecuencia, la presión arterial aumenta, se forman coágulos sanguíneos que pueden desencadenar un infarto o un derrame cerebral. Obstruyen el flujo regular de la sangre, privan a los órganos de oxígeno y otros nutrientes fundamentales para su normal funcionamiento.
Por eso es importante mantener en niveles bajos el colesterol LDL y en niveles altos el HDL. Un nivel elevado de colesterol LDL (mayor a 160 mg/dL) aumenta los riesgos de sufrir una enfermedad cardiovascular.
Actualmente se recomiendan niveles bajos: menor a 70mg/dL de colesterol LDL en pacientes de altísimo riesgo o menor a 100 mg/dL (alto y medio riesgo).
Los niveles elevados de colesterol causan alrededor de 4,4 millones de muertes cada año a nivel mundial (7,9 por ciento del total). Esto equivale al 18 por ciento de las apoplejías y el 56 por ciento de las enfermedades coronarias globales.

http://www.clarin.com/diario/2006/08/31/sociedad/s-03601.htm

Agosto 30, 2006

ROLANDO “CHIVO” VALLADARES, 88 AÑOS BIEN VIVIDOS

rolando_valladares.JPG“Nunca he andado ofreciendo la música como empanadas”

El músico tucumano es un prócer del folklore argentino. Compositor autodidacta, dejó una obra –“Zamba del romero”, “Subo”, “Zamba del silbador”, entre muchas otras canciones– notable. Con lucidez y buen humor, el Chivo recuerda aquí su amistad con Manuel J. Castilla y su incursión en la riquísima bohemia salteña.

Por Karina Micheletto
Desde Tucuman
Página/12
Miércoles, 30 de Agosto de 2006

Rolando Valladares es un “famoso anónimo”. “Yo no pretendo que me reconozcan”, confiesa.


“Espero que me ayude la memoria, me siento muy viejo”, dice Rolando “Chivo” Valladares cuando se le propone comenzar a grabar la entrevista. Lo suyo es una mera formalidad: podrá tener achaques de salud, pero memoria no le falta. Al entrar a su casa, en pleno centro de Tucumán, se abre una suerte de paréntesis. Afuera siguen los bocinazos, los autos que se amontonan en esas calles angostitas. Pero eso era hace mucho. Ahora Nelly, la compañera de Rolando desde hace 59 años, encarga empanadas, invita al almuerzo. Pero antes le trae a su esposo una ginebrita con soda y hielo, la misma que siempre hace marchar pasadas las 11, “para subir la presión”. Indicación médica.

Con 88 años, Valladares es uno de los casos de fama anónima. Su obra es parte fundamental del cancionero argentino, con compañeros autorales como Manuel J. Castilla y Raúl Galán. Zambas como “Zamba del romero” o “Zamba del silbador”, retomadas en el último tiempo por tantos intérpretes jóvenes, y vidalas como “Subo” o “Vidala del lapacho” llevan su firma. Provenientes de una familia acomodada de Tucumán, tanto a Rolando como a su hermana, Leda Valladares, les hubiera correspondido otro destino como hijos de un escribano con carrera pública. Rolando eligió ser músico y guitarrista autodidacta, habitante de la bohemia salteña que lideraban hombres como Leguizamón y Castilla.

Valladares recuerda con nitidez sus andanzas de juventud junto a su amigo Manuel J. Castilla. De un viaje iniciático a Salta, a principios de los ’50, nació la “Zamba del romero”. “Fui a la casa de Castilla y mi amigo me sacó para hacerme conocer el romero. Y ya que habíamos salido, seguimos saliendo... y volvimos como a las cinco de la mañana”, cuenta. “Anduvimos por ahí, festejando con sus amigos. Con cada uno que encontrábamos tomábamos un vaso de vino... ¡Calcule cómo llegaba yo, que era tomador, pero al lado de ellos era un medido! Era la primera vez que iba a Salta, y me encontré con semejante desbarajuste que hacían ahí. Cuando volvimos a lo de Manuel salió la zamba, sin ningún problema. El hizo la letra y yo le puse música en el acto. Y así la hicimos, en media hora. Yo estaba preocupado porque íbamos a despertar a toda la familia. Claro, no sabía que en la casa de Castilla siempre se tomaban esa libertad, se vivía a cualquier hora. La mujer ya no le hacía problema. Porque sabía que ahí estaba la vida de él. Ahí era donde mostraba sus poesías, y donde las juntaba con la música. Ese es el misterio de la composición.”

–¿A qué se refiere?

–A esa conjunción que debe haber entre música y letra, como una danza que tienen que seguir las dos, sin perder el compás en ningún momento. Hay letras que son mejores que la música, y al revés. Es difícil conseguir que mantengan un equilibrio durante todo el desarrollo de una canción. Ahí está el secreto de la composición: en darles vida y emoción a las cosas que se conjugan. Después, la interpretación tiene otros secretos. Lo primero que les digo a los chicos es que aprendan a escuchar lo que van a cantar. Hay que desentrañar el sentimiento, que a veces no está muy a flor de piel, y agregar la expresión emocional adecuada a lo que se canta. Si no, todo suena igual. Es una voz de plástico, no dice nada. El canto es algo trascendente, algo que no sucede todos los días. La verdadera canción no sale así nomás. Todos los compositores tienen su canción especial.

–¿Cuál es la suya? ¿Cuál es la que más le han interpretado?

–Cada una tiene una cosa distinta. Sabe qué pasa, yo nunca he andado ofreciendo la música como empanadas. El que se interesa, bien. Porque mostrar una canción es como mostrar un hijo: el mismo padre no puede andar diciendo “qué lindo, qué inteligente”. Las sensaciones son personales.

–¿Qué opinaba su padre, que era escribano, sobre su vocación de músico?

–Por aquel entonces tocar la guitarra era como desafiar a la mayoría de la gente: no era algo aceptado, era cosa de borrachos. Pero mi padre me comprendía, porque también era poeta, tocaba la guitarra y cantaba. La música venía de familia. El hermano de mi padre también cantaba algunas cosas criollas con un dúo. De mis hermanos, el mayor, Hugo, que era escribano del gobierno, fue el único que no incursionó en la música, aunque le gustaba. Luego Leda fue trotamundos, se fue a Europa, a Centroamérica. Incursionó con el canto y de joven hacía música de jazz con un trío. Ella sí estudió música, y también fue profesora de Filosofía y Letras, dictó cátedras en Costa Rica.

–¿Tocaban juntos con su hermana Leda?

–Por ahí en alguna reunión familiar, o cuando venían visitas como Ariel Ramírez, que era muy amigo de la familia, o el Mono Villegas. Pero no exactamente juntos, porque ella tocaba jazz. Mi hermana era amiga del Pulga Abalos (Adolfo), que en esa época también hacía jazz, venía mucho a casa. Fue un año que nos mudamos a Santiago del Estero por un ataque de paludismo que había en Tucumán, yo tendría unos 16 años. Fuimos allá porque teníamos parientes santiagueños. El apellido de mi madre, Frías, es el de los fundadores de ese pueblo de Santiago.

El niño de la contravención

Hay una imagen que obsesiona a Rolando Valladares cuando rememora su infancia. En esa imagen, que vuelve a su recuerdo como una foto molesta, él está en primer grado y luce sus rulos rubios, sus ojos azules y se lo observa vestido con un trajecito a lo Luis XVI. En una escuela pública de Tucumán, ese aspecto, distinto al de todos los demás, provocaba las burlas inmediatas de los compañeros. “Mi madre no escuchaba mis súplicas para que no me vistiera más así, no aceptaba mis reclamos lógicos”, se lamenta Valladares, y vuelve a ser aquel niño en la queja: “Era una cosa tremenda cómo me hacían burla. Yo no sabía pelear, pero me tenía que defender. Así que siempre volvía a casa con problemas porque había trompeado a uno o a otro. Lo que más bronca me da es que si yo aporreaba al otro, la maestra me sermoneaba a mí, y si el otro me aporreaba a mí, me tenía que aguantar. Armé cada trifulca... Una vez casi lo mato a un chico. Me cansó, dije: a este lo vu’a agarrar. Me le fui al humo y lo agarré con el cuerpo, le daba la cabeza contra el suelo. Lloraba yo, al otro no le daba tiempo a llorar. Estaba transformado...”.

–Ya era rebelde.

–¡Me hicieron rebelde!

–¿Por qué?

–Porque todo lo que hacía estaba mal, todo era contravención. Como era zurdo, agarraba la tiza con la izquierda y no estaba permitido. Se burlaban de mí. ¿Cómo podía ir a la escuela así?

A Valladares lo echaron en primer grado de la Escuela Sarmiento, que pertenece a la Universidad de Tucumán y siempre tuvo un perfil de avanzada. Pero dejó su huella: según él, después de su expulsión, el colegio dejó de ser mixto. Hasta el día de hoy, sólo admite mujeres. El niño Valladares siguió recorriendo colegios, hasta llegar a uno de curas, el Sagrado Corazón.

–¿Y ahí se enderezó un poco?

–¡No! Me peleaba con los curas también. Una vez uno me tiró rodando de la escalera. Era un cura que cantaba en francés, y a mí me hacía gracia cómo cantaba. Un día no pude contener la risa, el cura me agarró y me tiró por la escalera del colegio. Caí como de siete metros de altura. Menos mal que como la casa de mi padre era de dos pisos, con escalera, yo ya estaba acostumbrado a rodar: con cuatro saltos bajaba una escalera de treinta peldaños. Creo que esa práctica me salvó la vida.

–¿Se siente reconocido dentro del folklore?

–Yo no pretendo que me reconozcan. Si analizo la situación, ha habido tantas cosas tan enormes, tan inesperadas, tan transformadoras, que ni siquiera la imaginación del hombre puede abarcarlas. No solamente en la historia de la música. Mientras tanto, nadie ha advertido los mundos emocionales en un montón de seres. Pero no podría haber sido diferente: ha sido tal el batifondo, que no ha habido lugar para muchas cosas. Por ejemplo, la bomba atómica. ¿Qué puede ser la cuestión emocional que yo he tenido ante semejante cosa?

–¿De chico soñaba con transformarse en un referente del folklore?

–Nooo. Yo quería ser boxeador. O herrero.

www.pagina12.com.ar|República Argentina|

La Justicia dicta nueva sentencia que favorece a jubilados

Esta vez fue la cámara de la seguridad social y ordenó cambiar el bono en el cual fueron ajustados haberes, por otro cuya cotización es 40% superior

InfobaeProfesional.com
30 de agosto de 2006

La Sala II de la cámara de la seguridad social confirmó la sentencia de primera instancia que declaró la inconstitucionalidad de los artículos 64 y 66 de la ley de Presupuesto 2004 que establecían el modo en que el Estado nacional debía cancelar las sentencias a favor de los jubilados que entablaron demandas para actualizar sus haberes.
Así, en la causa "Della Savia, Haydee c/Anses", del 22 de agosto último, la Justicia sostuvo que las normas cuestionadas violan el principio de igualdad ante la ley que consagra la Constitución Nacional, al establecer dos modalidades contradictorias de cancelación de la misma deuda previsional en forma irrazonable y discriminatoria, por resultar indebido el privilegio que se otorga a unos jubilados respecto de otros por el solo hecho de haber obtenido el reconocimiento administrativo o judicial de su crédito antes o después del 31/12/2001.
Por ello, entendió que la emisión de dos medios de pago de diferente valor respecto de la misma deuda consolidada deviene irrazonable, y es claramente discriminatoria en perjuicio de un sector de actores que recibe por parte del Estado deudor un trato desigual con relación a otro grupo de actores con el cual comparte idéntica situación jurídica".
La trabajadora sostuvo entre sus argumentos que los nuevos bonos que se emiten en pago de la deuda consolidada ofrecen condiciones menos favorables a sus titulares que los Bonos III Serie creados para sufragar la misma deuda previsional.
Señala la accionante que en comparación con los Bonos III Serie, los nuevos títulos extienden el plazo de cancelación de siete a diez años; las cuotas pasan de 48 a 120 y, a diferencia de los Bonos III Serie que se actualizan mediante el coeficiente de estabilización de referencia (CER) desde la fecha que se emitieron (03/02/2002), adyacente a la consolidación (31/12/2001), los Bonos IV Serie no aplican el CER al capital consolidado desde el 31/12/2001 (fecha de consolidación) hasta el 14/03/2004 (emisión de los Bonos), pese a la enorme inflación que se produjo durante ese período de grave crisis económica en el país por la abrupta salida de la convertibilidad.
De esa manera, “las restrictivas condiciones que el Estado deudor le impuso a los títulos cuestionados iban a depreciar gravemente su cotización frente a los atractivos Bonos III Serie emitidos dos años antes en pago de la misma deuda consolidada, colocando a sus legítimos tenedores en una situación de evidente inequivalencia con relación a personas con las cuales se hallan en una razonable igualdad de circunstancias, sin ningún motivo razonable que lo justifique”.

Los camaristas entendieron que "la cotización en el mercado de valores a marzo pasado de los Bonos IV Serie en comparación con los Bonos III Serie es casi un 60 % inferior, lo cual legitima la tacha de inconstitucionalidad que plantea la actora."

Verónica Morelli
vmorelli@infobae.com

Agosto 29, 2006

Los derechos de las personas con discapacidad, reconocidos por la ONU

El primer tratado de defensa de los derechos humanos aprobado por Naciones Unidas en este siglo XXI tiene como protagonistas a las personas con discapacidad, que representan el 10% de la población mundial.

Autor: Redacción(30/08/2006)
Fuente: Canal Solidario/ Europa Press

Según datos de la ONU, en la actualidad en el mundo hay unos 650 millones de personas con algún tipo de discapacidad. Precisamente a ellas se refiere el último tratado aprobado por Naciones Unidas, que llega tras cinco años de negociaciones entre los diferentes países y que es el primero aprobado en este nuevo siglo.

Como explican desde Naciones Unidas, la convención sobre los derechos de las personas con discapacidad no ha creado nuevos derechos para estas personas pero prohíbe específicamente su discriminación en todos los aspectos, incluye derechos civiles, el acceso a la justicia y a la educación y el derecho a acceder a transporte adecuado y servicios de salud.

"Es una buena convención y marcará la diferencia para millones de personas", han afirmado desde la ONU, que advierten que las personas con discapacidad "representan uno de los grupos más marginados" y que sus derechos han sido "ignorados" con bastante frecuencia.

CAMBIO EN LA LEGISLACIÓN

La Convención define como discapacitado "a todo aquel que sufra el menoscabo físico, mental o sensorial que limite su habilidad de realizar las actividades de la vida cotidiana".

El texto demanda a los gobiernos "introducir cambios en sus legislaciones para mejorar y promover el acceso a la educación y empleo de las personas con discapacidades".

Asimismo, solicita "la igualdad de acceso a la información y a los sistemas de salud", al tiempo que lucha por la eliminación de obstáculos físicos y sociales para la movilidad de estas personas.

Por último, el documento prohíbe la discriminación de los discapacitados "en todos los terrenos", incluido el de los derechos civiles, los servicios de salud y el acceso al transporte.

El texto, negociado desde 2001, es el primer nuevo tratado de Derechos Humanos del siglo XXI y afecta a los discapacitados que hay en todo el mundo, que constituyen el 10% de la población mundial.

http://www.un.org/spanish/News/index.asp

Agosto 28, 2006

Prueban que las neuronas se fortalecen cuando se aprende

ESTUDIO DEL INSTITUTO DE TECNOLOGIA DE MASSACHUSETTS, DE LOS ESTADOS UNIDOS
Eso confirma que los ejercicios para agilizar la mente y la memoria son muy valiosos.

28.08.2006 | Clarin.com

Cuanto más se aprende, más fuertes se pueden hacer las neuronas. Esa es la nueva promesa de la ciencia. Y pese que las pruebas surgen de estudios hechos en ratas, la conclusión es auspiciosa y alienta a seguir ejercitando esa "máquina" maravillosa que es el cerebro.
Es decir, que no era en vano tener en cuenta esas recomendaciones que se vienen divulgando desde hace años sobre mantener la mente activa y ejercitar la memoria. Esos hábitos no sólo ayudarían a evitar el deterioro sino que fortalecerían la conexiones neuronales (conocidas como sinapsis) entre las neuronas.
Los experimentos para llegar a este anuncio se realizaron en el Instituto para el Aprendizaje y la Memoria Picower, del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts). Y estuvieron a cargo de Mark F. Bear, profesor de Ciencias Neurológicas en esa institución, y quien publicó los resultados en la revista Science.
"Mostramos lo que todo el mundo creyó siempre: cuando hay aprendizaje se induce a que en el hipocampo haya un aumento de la potenciación a largo plazo (LTP: Long Term Potentiation, según su sigla en inglés)", comentó el investigador.
Para llegar a esta conclusión se siguieron las pistas de una sospecha que surgió hace más de 30 años. Por esa época ya se creía que determinadas conexiones clave entre las neuronas se hacían más fuertes durante el aprendizaje. "En esos años se descubrieron los principios básicos de la plasticidad cerebral: se hicieron pruebas utilizando un molusco marino. Eso permitió determinar el mecanismo fundamental del aprendizaje", explicó Facundo Manes, director del Instituto de Neurociencias Fundación Favaloro y del Instituto de Neurología Cognitiva.
"Si bien esto se sospechaba desde hace unos 50 años, hasta ahora nunca se había demostrado. Esta es la primera demostración cabal de este hecho", dijo Roberto Sica, jefe de Neurología del Hospital Ramos Mejía.
El experimento del MIT fue en ratas, pero se podría decir que sus resultados pueden proyectarse en humanos. Eso ocurre porque ese fenómeno conocido como LTP constituye un proceso compartido por toda la escala zoológica. "Y aunque este es un estudio de ciencias básicas y hay que ser cautos en su implicancia en la vida cotidiana, los estudios de fisiología —o funcionamiento cerebral— por lo general abren la puerta a la medicina del mañana", señaló Manes.
En estos estudios, los científicos colocaron a las ratas en una especie de caja con dos casilleros (ver Infografía). Uno iluminado; el otro, en plena oscuridad. Cuando los animales estaban en el lado sin luz recibían una descarga en las patas. Así aprendieron que era mejor estar en la parte iluminada. Los investigadores utilizaron sensores bioquímicos, especie de "marcadores" de las sinapsis (las conexiones entre neuronas) que podían mostrar cuánto se habían modificado durante el aprendizaje. Así comprobaron que se habían fortalecido.
Es difícil enganchar esto que le ocurrió a las ratas con las actividades diarias de los humanos. Pero lo que se vio en ellas vale para la escala zoológica (en la que el hombre es uno más). "La principal función del hipocampo es la consolidación de la memoria y el aprendizaje. Esta capacidad del cerebro de cambiar su estructura y función en respuesta a los estímulos externos (como se demostró en este experimento) dan una base racional para sugerir que mantener la mente activa es muy bueno para la memoria y para el cerebro", sugirió Manes.
Varios estudios demostraron que se puede ampliar la capacidad de la memoria a través del entrenamiento. "También se sabe que la ejercitación y la estimulación cognitiva a través de ejercicios (ver Cómo...) pueden retrasar la aparición de trastornos de las funciones intelectuales en personas sin patologías que incidan en esas funciones", advirtió María Roca, neuropsicóloga del Centro de Estudios de la Memoria y la Conducta.

http://www.clarin.com/diario/2006/08/28/sociedad/s-02801.htm

Todo suma
Eliana Galarza
egalarza@clarin.com

En distintos institutos de investigación neuropsicológica del mundo, año tras año se revelan conclusiones que llaman la atención de la comunidad científica. Algunos, como este estudio del MIT, ofrecen pruebas de algo que se sospechaba desde hace tiempo. Otros son tan crípticos que se quedan únicamente en el terreno de los verdaderos conocedores del tema. Pero, casi sin proponérselo, la mayoría se entrelaza en una suma que no hace más que confirmar un buen consejo de todas las épocas: no se "duerma", mantenga su mente siempre activa. Es lo mejor.

Saber envejecer

Envejecer no es fácil, por eso hay que preparase para ese inevitable momento, sobre todo hoy, cuando la vejez vive el desprecio generalizado y el encono de una sociedad cretina. Contra esta actitud de esnobismo moral, desafiamos a los detractores de la senectud con una joya que Emma Godoy nos regala...

Emma Godoy. istmoenlinea.com.mx
28 de agosto de 2006

El fantasma de la vejez sobrecoge a muchos. Se piensa en que se acabarán los placeres de la juventud. En que la pesadez de los miembros hinchados por la artritis apenas dejará movernos con lentitud. En que quienes hoy nos dan un cariño apasionado, mañana se alejarán con frialdad de nosotros. En que ya no tendremos ni esperanzas ni proyectos, sólo una vida árida y oscura, preludio de la muerte.



Sin embargo, quizá la vejez no sea como la pintan. Al menos, no para los que reconocen que la ancianidad es la edad de la sabiduría, quienes viven con miras más altas y piensan, por el contrario, que la vejez será su meta. El artista, inmaduro en su juventud, va a encontrarse por fin a sí mismo con los años. El sabio necesita tiempo y más tiempo para sus investigaciones.

En la medida en que hay espíritu, la ancianidad deja de ser una amenaza para convertirse en una ardiente promesa. No estaría mal hacer una prueba para medir la espiritualidad de las personas, fundándose en esta cuestión: ¿Qué piensa usted de la ancianidad? En nuestra época, la mayoría saldría de la prueba con cero. Hoy no se estima la valía de un individuo, sino su productividad económica: se le mide con el mismo criterio con que se juzga a una máquina o a una vaca.

Es que ahora no somos cultos, sino simplemente civilizados. En épocas de cultura, los viejos han sido considerados los grandes de la nación. A ellos se les confiaba el más alto de los oficios: el de gobernar. El Sanedrín de Israel estaba integrado por 72 ancianos. El Senado Romano tenía tanto o más poder que el César (senado viene de senectus: viejo).

Y entre los genios que se han significado en la Historia, muchísimos han realizado lo mejor de su obra en «la tercera edad»: Pitágoras, Sócrates, Platón, Aristóteles, Fidias y otros más en Grecia. Moisés contaba ya 80 años cuando liberó a su pueblo de la esclavitud de Egipto. Goethe escribió su Fausto también por esa edad. Miguel Ángel pintó El juicio final ya decrépito. Sería interminable la lista.

Un país culto y no decadente estimula a sus ancianos, pues sabe que en ellos reside la parte sabia de la humanidad. Hasta el humilde carpintero senil que ya no puede manejar la sierra, instruye a los novatos: es el maestro. Al anciano no le corresponde hacer, sino enseñar a hacer… no importa que lo haga desde una silla de ruedas. Desperdiciar la fuerza más fina y sutil de la nación resulta crasa necedad.

Nosotros mismos, espiritualizándonos, podemos prepararnos una brillantísima vejez, en lugar de vivir temiéndola. Nadie afirmará que la senectud carece de sinsabores; pero, ¿no padece también el niño grandes penas? ¿Y la pubertad? Cada edad tiene su cruz, y la de la ancianidad no es la más pesada, al menos para quien sabe ser viejo.



El doctorado de la vida

La psique de los viejos está hoy deprimida y deteriorada. Han de recobrar la conciencia de su valer, de su potencial anímico, de la preeminencia que les otorga habernos adelantado en las batallas de la vida. Y hacer que asuman su obligación de servicio, hasta comprometerlos para que se desaten del marasmo y se levanten a guiar y conducir, mostrando el norte en las diferentes tareas a las generaciones titubeantes que aún no se han realizado. Se pueden haber jubilado de un empleo, pero no de la vida.



La muchedumbre de longevos normalmente vive en su hogar, ejerce una profesión liberal, labora en oficinas, o dirige una empresa; está en los comercios, en las aulas, en los tablados del teatro y en los estudios cinematográficos, en los centros de investigación científica, en el barbecho, en la fábrica, en el gobierno.

Pero entre esta mayoría hay neuróticos que se repudian a sí mismos porque piensan que a esa edad ya no se tiene para qué vivir; o también los conturbados por la amenaza probable del cese; o desgraciadamente los hallamos de inútiles y estorbosos en casa esperando la muerte.

¡No, no y no! A estos veteranos de la lucha vital hay que obligarlos a que se revaloren. Deben reconquistar la dignidad, el respeto y el amor a ellos mismos. Hay muchas tareas generosas que los aguardan. Allí está un mundo desorientado y lleno de dolor que pueden guiar y consolar.

Hay que hacerles sentir estas verdades. Deben grabar en su mente que esperamos lo mejor de cada uno, en ésta, su edad provecta, «la buena edad», como la califica el escritor inglés Alex Comfort.

Nadie, pues, haga de su vejez un fracaso, cuando debe hacer de ella la brillante edad del espíritu. ¿Por qué ahora los mayores se niegan a ser grandes? ¿Y por qué nuestra cretina sociedad se atreve a impedir o a eclipsar la carrera gloriosa de la ancianidad, que de suyo debe ser ilustre?

Las personas mayores suelen negarse a reconocer que ya son ancianas. Y todo el mundo hasta evita esa palabra considerándola injuriosa. Generalmente se recurre a eufemismos como el de «personas mayores», «gente de edad», «señora grande», etcétera. Muy hermoso. Y aquí también los usamos, aunque a guisa de sinónimos solamente, pero el eufemismo crónico ¡es pura vergüenza de ser viejos!

Reivindicaremos las palabras «viejo» y «anciano». ¡Hay que pronunciarlas con orgullo! ¿Acaso no hemos indicado que al sacerdote católico se le da el tratamiento de «presbítero» (en griego «viejo») para honrarlo, porque la ancianidad es título de sabiduría? Esos vocablos castizos deben volver a ser empleados y con el mismo o mayor respeto con que se designa a alguien «doctor»: el docto, el experto, el que cursó el último grado del saber.

La juventud es apenas la escuela primaria de la vida; la madurez representaría los cursos universitarios de licenciatura; pero el doctorado del vivir sólo se alcanza en la ancianidad. ¿Quién se abochorna o toma a ultraje que le llamen doctor? Ha de enorgullecerse también de que lo llamen anciano.




¡Ancianidad obliga!

La vejez tampoco debe verse como un cúmulo de enfermedades orgánicas, aunque lo sea. Porque es más, infinitamente más que eso. ¡Cuánto disminuye el cuerpo, empero, cuánto crece el alma!

Verbigracia, haría el ridículo el biógrafo de Miguel Ángel que redujera la vida de aquel genio a la simpleza de su «historia clínica»; pues también sería grotesco describir la tercera edad como arterioesclerosis, cataratas, hemorroides, espodilitis y demás desperfectos. Además, las enfermedades no han sido óbice para llegar a la cumbre. Las averías corporales serán un estorbo y un fastidio, pero quedan al margen de la ascensión ¿Acaso la parálisis de las piernas impidió a Delhano Roosevelt escalar la presidencia de Estados Unidos?



Las metas que ofrezcamos a los viejos para inyectarles vida —vida que les escamoteó el ambiente materialista— han de ser las más nobles, las más dignas del ser humano, las supremas: el bien, la verdad, la belleza. Todos deberán elaborar sus objetivos, ya no económicos, sino de índole espiritual. La alta o baja calidad de nuestros proyectos es lo que confiere la baja o alta calidad de nuestra persona.

Se sufren, pues, achaques físicos que obligan a suspender las acciones externas y también se oscurecen el entendimiento, la memoria y la voluntad, semejante a lo que ocurre a los santos y a los yoguines cuando les es arrebatado el espíritu y acá dejan el cuerpo, aparentando estar muertos.
Sin embargo, aun el señor que pasa de los 90 ó 100 años, aparte de su misteriosa actividad celeste en provecho de su salvación eterna que ya está muy próxima, debe seguir sirviendo a la humanidad. ¡Que no haya decrépito inútil! Hasta el postrado en el lecho con grave enfermedad —que parece imposibilitado para todo— puede hacer algo, y algo principalísimo, esencial: puede orar y ofrecer sus sufrimientos, dar ejemplo moral de paciencia, de valentía ante el dolor, de cortés consideración para quienes le hacen el favor de atenderlo.

Hay que comprometer a los ancianos, incluso a los paupérrimos, también a los nonagenarios, lisiados o enfermos. ¿Y por qué no hasta a los agonizantes? Pues aun la muerte debe ser ejemplar: hay que saber morir y enseñar a morir. Mostrar cómo se debe morir será el último servicio que podamos ofrecer. Porque «Nobleza obliga». Sabiduría obliga. ¡Ancianidad obliga!




Los 7 dones de la vejez

Existen siete razones sólidas y convincentes para demostrar que es deseable la ancianidad Y de hecho la están anhelando todos, aunque sin darse cabal cuenta.

1. Jubilación. En castellano «jubilación» deriva de la voz «júbilo»: alegría. Suena en la existencia la campana del Angelus que pone fin a tantos años de labores económicas; aparece en el cielo la primera estrella que señala el término de los afanes esclavos. ¡He aquí la hora de la libertad!

Y si los jóvenes arden por ya ser libres, deben saber que están apeteciendo librarse del horario, por tanto desean, sin formulárselo, arribar a la jubilación, ser viejos; pues sólo entonces lograrán mayor libertad.



2. Realización personal. No siempre el oficio que se ha venido desempeñando era del agrado; mientras que la auténtica vocación fue inhibida. Quizás el médico clínico prefería la investigación histórica; o el abogado el trabajo al aire libre de una granja; o la cajera del banco tocar el violín.

Para la mujer de hogar, una especie de jubilación ocurre cuando los hijos se han casado, o ya trabajan, o ingresan a la universidad. Y será entonces cuando ella tal vez decida establecer un negocio, o acaso entrar en la política, o cursar la carrera con la que siempre soñó.

El trabajo para conseguir el pan y cuidar de la familia ha cesado. Va a ser el momento de realizar al cabo los más bellos planes. Debe pensarse la vejez como el fin de semana, el asueto. La ancianidad es el sábado y el domingo de la vida, para lo cual solemos forjar previamente los proyectos.

3. Logro de las ambiciones juveniles El cadete que aspira a las barras de sargento, ascender a coronel y por fin a general, no ha de ver su pretensión saciada hasta que sea antañón. O el escritor que suspira por la gloria, acaso llegue a merecer el premio Nobel, mas irá a Suecia cuando ya ande muy lejos de la mocedad.

Todos en la juventud hemos clavado nuestras ambiciones allá, en la cumbre nevada de la vida, en nuestra ancianidad. La metas se alcanzan hasta el atardecer. Y si todos aspiramos al logro de nuestros objetivos, estamos ansiando implícitamente la edad que nos ofrendará su cumplimiento.

4. Dominio de las pasiones. Las pasiones menoscaban el libre albedrío. Anidan en nosotros desde la infancia y no nos abandonan nunca: la vejez no está exenta de ellas. Pero en la primaveral juventud las afecciones nos traían y llevaban a su antojo, éramos víctimas de esos impulsos que nos indujeron a cometer mil desatinos, de los cuales tal vez habremos de pagar de por vida las crueles consecuencias.

En cambio, al establecernos en nuestro otoño, aunque las pasiones sigan allí, tumultuosas y delirantes, son ahora como fieras encerradas en barrotes y poseemos la llave de la jaula. Esto es, se hallan sometidas a nuestro mando. Ya no, sin la aquiescencia de la voluntad, nos ataca impetuosa e inoportuna, la cólera; sino que le damos rienda suelta sólo cuando juzgamos que hay algo digno de levantar enérgica protesta.

¿Por qué temer a la ancianidad? Lo temible es la juventud con sus errores pasionales de largas y dolorosas consecuencias que no sólo afectan a quien cometió la equivocación: también laceran a inocentes.

5. Experiencia, técnica profesional y arte de vivir. ¿Quién no aspira a ser un experto? Es obvio que la experiencia no se adquiere con los libros, ya que requiere dos cosas: haber cruzado muchos lustros del camino y haber reflexionado inteligentemente sobre cada uno de los acaeceres de la prolongada ruta.

Sólo el homo viator de larga caminata adquiere el gran saber. Experiencia es distinguir el bien del mal en cada caso; haber aprendido las causas de los aciertos y éxitos existenciales y también las causas de los daños y desastres. Tal sabiduría no le es dada todavía al efebo, al novato de la vida.
El joven, aunque posea preclara inteligencia, es un turista que acaba de llegar a la laberíntica ciudad de la existencia y, desorientado, se mete en callejones sin salida; o corre impetuoso en sentido contrario a donde debe ir; o choca y se hiere contra los árboles, contra los muros, o atropella en su carrera vehemente a quien se atraviesa por su camino. «Más sabe el diablo por viejo que por diablo».

Cierto que Fausto demandó en su vejez permutar el cuerpo decrépito por uno de radiante juventud; pero de ninguna manera solicitó que también se le trocara su alma vieja y sabia por una inexperta.

6. Desapego del propio cuerpo. Además, directamente contra la angustia del deterioro corporal, la vejez ofrece una dádiva que funge como antídoto. Acontece en los grandevos un fenómeno psíquico extraordinario y providente. Ocurre al menos en quienes no se quedaron rezagados mentalmente en otra edad y viven su etapa cumbre con autenticidad. Tal modificación consiste en que esos seres maduros dejan poco a poco de identificar su yo con su cuerpo.

Un día encuentran que su cuerpo es nada más «su» cuerpo, su propiedad. Sólo su pertenencia, desde luego la más íntima y amada, pero que no se le confunde con el yo, que se le distingue del ego como tal. Los mayores ya no son su cuerpo, son su alma.

La ancianidad tiene el remedio de sus males físicos: los sentirá como ajenos. Así podrá uno conservar la serenidad e incluso la alegría, aunque no se le oculten los daños, pues los contempla desde el alto puente como las turbulencias del río, sin ser arrastrado por sus aguas.

7. Mística. En los años grandes se siguen contemplando con placer las cosas terrenales; mas como quien disfruta de la vista del valle vislumbrándolo hacia abajo desde la cima alpinista de la montaña, sin mezclarse con su prosaísmo y sus ímprobos afanes.

Llega el ocaso de la vida. En el crepúsculo los objetos del mundo pierden interés al irse desdibujando sus contornos y tintes en la sombra. Opuestamente, en la altura contrasta con su luz el firmamento que se enciende en mágicos colores y aparecen las estrellas que no se habían advertido durante la jornada diurna. En el místico atardecer de la vida la mirada se extravía hacia el más excelso de los misterios: se descubre a Dios.




Educación juvenil para la vejez

Lamentablemente, no todos los longevos son viejos de verdad, si por vejez entendemos madurez y sabiduría. ¡Hay tantos que desprestigian con sus necedades, con su conducta, la edad divina…! Antañones sin seso mancillan hoy su alto rango y han sido los culpables de la repugnancia de los jóvenes hacia los viejos.

La causa es negarse a que se efectúe la ley de la metamorfosis mental. Le es dado al individuo decidir anclarse en etapas existenciales ya transpuestas. Es posible la regresión nostálgica a otra edad anterior, fenómeno que designa Freud como esencia de la neurosis. Los desventurados pseudo ancianos que por torpe añoranza voluntariamente se rezagan, no gozarán de los placeres de su fingida juventud ni tampoco recibirán los maravillosos dones que ofrece la metamorfosis al anciano auténtico. ¡Qué pobreza la suya y cuánta pesadumbre!



Es necesaria una intensiva educación para alcanzar la vejez, para aprender la ciencia vital que conduce al doctorado de la personalidad. Si nos proponemos educar para la vejez, no habrá necesidad de amonestar al joven exigiéndole respeto por los grandevos, porque los nuevos ancianos brillarán, serán respetables y dignos de amor. Habrán ganado con sus virtudes y méritos ocupar el sitio principal y principesco en el hogar, en el trabajo, en la comunidad. No podrá menos la juventud de mañana que mirarlos como a su modelo, su ideal.




Las cuatro metas del joven

Para hacer nuestra la cara experiencia, la sabiduría de vivir, hay una condición básica: la de poseer mente introversa, habituada a la reflexión. Sólo así se aprovecha cada acontecimiento grande o pequeño de la vida. Si no se medita sobre cada éxito y fracaso, cada dolor y placer, y se desentrañan sus causas, y se lo coloca en una jerarquía de valores, habrán transcurrido los años en balde, nada se habrá aprendido del arte de vivir. «Hay viejos que son muchachos», advierte la Biblia. Son los que se ahorraron reflexionar.



La educación, antes que nada, ha de proponerse suscitar en los jóvenes la costumbre de pensar. Pero al mismo tiempo deberá dar al pueblo un hermoso concepto de la vejez, un sentido de la vida como amor servicial; y también la preparación específica para la ancianidad modificando la conducta personal en cuatro aspectos fundamentales enfocados a crear generaciones modelo de valores que den lo óptimo de su ser cuando alcancen la edad dorada.

Sobre la idea de la vida como servicio de amor, hay que asentar cuatro aspectos educativos: económico, físico, profesional y espiritual o mental.


Aspecto económico:
la infraestructura material desde la perspectiva del espíritu

Es preciso que el joven sea ahorrativo para que de anciano pueda ser generoso. Por otra parte, quien no aseguró económicamente su vejez, terminará refugiado en la casa de alguno de sus hijos donde habrá de soportar las vejaciones de la nuera, del yerno, de los nietos, lo cual menoscaba la dignidad y el honor que han de resplandecer siempre en el anciano.

Por el contrario, las personas mayores, como han de ser objeto de máxima veneración, jamás han de constituirse en una carga para su familia ni para el Estado. El prudente habrá amasado, en los años productivos económicamente, una moderada pero suficiente fortuna —en la medida de su clase y nivel social— para no llegar a ser un arrimado, sino que a él se le arrimen los hijos en momentos de necesidad. Así, conservará el puesto de soberanía entre los suyos.

Es falta de caridad, de amor, malgastar hoy el dinero ateniéndose a que habrá alguien que cargue con nosotros en la vejez. De ahora en adelante la persona ha de responsabilizarse de sí misma, no la beneficencia pública, no la seguridad social del gobierno. Estas sólo han de atender imprevistos, cuando a pesar de las previsiones no queda más remedio que ser una carga.

Sumemos otro punto de vista para reforzar la idea de educar en lo económico. No hay dignidad sin libertad, y la propiedad será siempre el baluarte del libre albedrío. El anciano sin posesiones habrá de someterse a la voluntad de quien representa su apoyo, se volverá esclavo. Con un capital razonable, será libre de elegir su trabajo, sus esparcimientos, de vivir donde le parezca, y, sobre todo, podrá dedicar suficiente tiempo a su familia y al servicio de la sociedad, que necesitará de su pericia y consejo.

Esta área de la educación es fundamental. Representa la infraestructura material, sólo que desde la perspectiva del espíritu.


Aspecto físico:
mente sana en cuerpo sano

También habrá que educar en el cuidado del cuerpo. Aunque no será posible evitar el desmejoramiento de las cualidades físicas, con una vida ordenada y la ayuda de la ciencia sí se logra retardar o disminuir los desgastes.

Y como todas las comunidades necesitan peritos sanos para servir, habrán de preocuparse los gobiernos por mantener en el pueblo las costumbres profilácticas y morales, que han de ejercitarse desde la niñez a lo largo de la vida.

Conviene que el Estado sostenga campañas permanentes tanto de higiene física como mental: de prevención de enfermedades corporales y de morbos psíquicos. Así, verbigracia, junto a la promoción deportiva, las técnicas psicológicas aptas para evitar las nocivas preocupaciones y liberarse de la tensión mortal a que nos somete nuestro siglo.

Más que nada habrán de promoverse de continuo campañas contra la pornografía y contra cada uno de los vicios devastadores, como el alcoholismo, la pereza, la drogadicción.


Aspecto profesional:
sembrar la semilla de expertos

La educación profesional en todas las ramas con miras al peritaje es la que interesa más inmediatamente a los países en vías de desarrollo que, más que levantar su economía, requieren ya dejar de ser administrados por políticos improvisados y ambiciosos, para serlo por expertos.

La mejor fortuna, el energético más preciado de una nación, es disponer de diestros conocedores que sepan solucionar problemas técnicos y sean aptos y sapientes para guiarla.

La educación ha de encargarse de crear el contagio colectivo de una entrega apasionada de cada cual a su propio oficio. En ello consistirá la siembra de la semilla de expertos. Y aunque no en todos fructifique, muchos llegarán a peritos y ellos ofrecerán bienes sin cuento.

Hay que crear un ambiente idealista acerca del significado del trabajo; recrear aquel espíritu de otrora. En siglos pasados lo normal era que desde el oscuro artesano hasta el funcionario ilustre consideraran la retribución económica como cosa secundaria, pues lo cautivador y motivante era expresarse en el trabajo, igual que el poeta en su poema: con esa misma dedicación y amor.

Hoy se multiplican las quejas de cesantía. Se está haciendo costumbre despedir u hostilizar al empleado que cumple 40 ói45 años para que renuncie, así sea un ejecutivo. Pero esto ocurre a los mediocres, no a los expertos que se han hecho insustituibles. A ellos, aun después de la jubilación, se les llama porque se requiere su consejo y peritaje, considerando que son los únicos verdaderamente capacitados.


Aspecto espiritual:
paradigmas vivos

Se entiende que las cuatro áreas educativas han de ser simultáneas, aunque aquí hayamos de enumerarlas en sucesión. Hecha esta advertencia, pasemos a la cuarta meta, la mental, moral, espiritual o como quiera designársele.

Nada se ganaría con haber formado hombres realmente expertos, con buena salud y sin problemas económicos —educados en esas tres perspectivas— si aquejan a su carácter aquellos defectos que los convierten en seres antisociales si son egoístas, malhumorados o deshonestos. Todas las ventajas se anulan cuando se carece de virtudes morales.

El ejercicio de la ética ha de llenar la vida entera desde sus comienzos, y estará encomendada a las tres agencias educadoras: el hogar, la escuela y el Estado.

Cierta vez le preguntó alguien a Napoleón desde cuándo debía educarse a un niño y respondió: «20 años antes, educando a sus padres». La formación de padres resulta indispensable. Y, sobre esto, llevar a la pareja a la convicción de que es grave error empeñarse en criar a los hijos para ser felices en vez de educarlos para ser buenos.

Las virtudes requieren vigilancia permanente y propósito diario de fomentarlas y acrecentarlas, en tanto que los defectos y vicios se desarrollan y medran por su cuenta conforme avanza la edad, con lo que llegan a ser insoportables y destructores en la época senil.

Un ejemplo es el joven que sólo en reuniones tomaba unas copas de más y ahora es alcohólico o el estudiante acostumbrado a protestar siempre en apoyo de causas justas e injustas, que se convertirá en el viejo gruñón a quien nada le parece y a todo le halla defecto, inaguantable en su trabajo, en su hogar, con sus amigos, y acabará la familia por deshacerse de él enviándolo a un asilo.

Al contrario, el grandevo que aparecerá mañana en el mundo ha de ser paradigma de peritos a la par que espejo de virtudes. («Virtud —decía Cicerón— tiene nombre de varón». Viene de vir, que significa «fuerza»). Estos seres fuertes se constituirán en modelos vivos para las otras generaciones, de manera que ofrezcan la enseñanza objetiva de cómo se debe vivir. Entonces infundirán el respeto que los longevos de hoy han perdido, levantarán a su paso la admiración, conquistarán el amor. En sus ancianos, como en la mejor de las cátedras, aprenderán los pueblos a amar con pasión los valores.

Con el brillo del bien moral en la frente de los ancianos habrá una lección de continua sabiduría que arrastrará las voluntades; una cátedra humanista de cómo se debe vivir y cómo se debe morir.

Quien enseña a abatir el temor de la muerte, abrirá la fuente de la alegría de vivir, pues con ello habrá arrancado la raíz de toda angustia. La valiente sabiduría del morir libera de arrastrarse por el camino con la muerte a cuestas. Así, el joven educando de hoy se convertirá en el máximo educador de las generaciones futuras.





Un canto a los abuelos


Quizá el cambio más impresionante, entre los que he podido advertir en Juan Pablo II después de 20 años de pontificado, es el del rostro. Semicerrado el ojo izquierdo, ahondadas las arrugas, los labios en apretado rictus distendido intermitentemente por una sonrisa. No termina allí el deterioro corporal del Papa. Han estado, ante millones de ojos, el temblor de la mano izquierda agitada por el Parkinson, la fragilidad de las piernas que se mueven y flexionan con evidente dificultad, el encorvamiento de la espalda, el flaquear momentáneo de la voz, el cabello agostado y la piel deshidratada.

Al Papa no le da miedo ni le causa vergüenza ser un viejo. Ni parecerlo. Ni ser visto en sus debilidades. No usa peluca, no disimula su cojera, no se hace maquillar, ni reconstruir el párpado dañado, no esconde su necesidad de apoyarse en un bastón ni la de hacer una pausa a mitad de una escalera; se muestra como es. Hace 20 años, cuando lo acompañaban la fortaleza de los músculos y el pleno control del cuerpo, tampoco dudó en dar prueba de su energía y vitalidad. Acepta el tiempo y los efectos del tiempo. Sabe que este es la materia prima de la eternidad. No ignora que el hombre está sometido al tiempo y en el tiempo.

El Papa Juan Pablo II que fue obrero, actor, estudiante, alpinista, remero, caminante y corredor hubiera podido disimular la carga de los años, el dolor de la enfermedad, el temor de la inseguridad material. Pero no. No nos tendió ni cayó en la trampa según la cual la imagen de Dios sólo puede ser la de la frescura de la infancia, la del ímpetu de la juventud, la de la seguridad de la madurez, a las que rendimos culto casi idolátrico los hombres y las mujeres de hoy, cumpliendo mandamientos de moda, higiene y gimnasio: no fumarás, no comerás carbohidratos, amarás la salud y la lozanía sobre todas las cosas, honrarás a tu báscula, no envejecerás, no sufrirás. Juan Pablo II se sometió a la ley del hombre que es la de la vida, la del amor, la de la muerte.

Juan Pablo II hizo de su asumido deterioro físico un himno a eso que ahora llamamos tercera edad. Un sacramento a la vejez. Un poema a la debilidad. Una proclamación del dolor como parte esencial de la redención. Un canto a los abuelos

La aterosclerosis, una enfermedad que también padecen los jóvenes y provoca enfermedades cardiovasculares

Esta afección ocasiona el 70% de las muertes por episodios cardíacos. Así lo reveló el titular del Foro Argentino de Lípidos, en el marco de un seminario que se realiza en Río de Janeiro. El principal factor de riesgo es el colesterol malo y alertan sobre la elevada cantidad de adolescentes que la padecen.

Clarin 28.08.2006

La aterosclerosis ocasiona el 70% de las muertes por enfermedades cardiovasculares en Argentina y puede provocar desde edad temprana episodios sanitarios que generan discapacidad física, informaron hoy fuentes médicas.

Los especialistas que participaron del "Segundo Seminario Latinoamericano Ponle Corazón" en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, alertaron sobre la elevada cantidad de adolescentes que padecen aterosclerosis.

Destacaron además el rol fundamental que cumple una alimentación sana, el ejercicio físico y el control de los niveles de colesterol malo para evitar padecer en el futuro un evento cardiovascular.

El presidente del Foro Argentino de Lípidos, Alberto Lorenzatti, indicó que "del total de los decesos que se registran anualmente en Argentina, entre el 40 y el 43 por ciento se produce por enfermedades cardiovasculares".

En ese sentido, puntualizó que "el 70 por ciento de esos fallecimientos son por consecuencias de la aterosclerosis".

Ese proceso se produce cuando se acumula en las arterias el colesterol malo, calcio y desperdicios celulares, que obstruyen el flujo regular de sangre a órganos vitales como el corazón o el cerebro, lo cual los priva de oxígeno y otros nutrientes vitales para funcionar normalmente.

La aterosclerosis es progresiva, su principal factor de riesgo es el colesterol malo alto y de acuerdo al informe médico elaborado en el seminario, es el motivo más importante de las enfermedades cardiovasculares, que son la primera causa de muerte mundial.

La médica nutricionista del Centro Valencia de Venezuela, Maria Inés Marulanda, indicó que la aterosclerosis "ocasiona, entre otras enfermedades, problemas renales, infartos, accidente cerebro vasculares o problemas cardíacos que pueden dejar a la persona con una discapacidad u ocasionarle la muerte".

Sostuvo que para evitar esta enfermedad "se deben realizar dietas que no sean altas en hidratos de carbono, aumentar el consumo de verduras, realizar actividad física y si hay niveles de colesterol malo altos mayores a 160 miligramos por decilitro de sangre, además de lo anterior, se debe recurrir a la medicación para bajarlos lo más posible".

Además del colesterol malo, otros factores de riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular son una alta presión sanguínea, la obesidad, fumar, el consumo de alcohol y el sedentarismo, los cuales según los especialistas son modificables.

Pero existen otros, como la predisposición genética a sufrir episodios cardiovasculares y la edad, que deben ser tenidos en cuenta a la hora de realizar una consulta médica, para prevenir la aterosclerosis.

(Fuente: Télam)

Científicos cordobeses descubrieron un mecanismo de desarrollo de las neuronas

El trabajo acerca el hallazgo de tratamientos contra males que se desencadenan en la vejez

La Capital
28-08-2006

Un equipo científico de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) descubrió un mecanismo esencial para el desarrollo de neuronas que permitirán avanzar en la búsqueda de tratamientos para el Alzheimer y el mal de Parkinson, según se precisó ayer.
Los investigadores de esa unidad académica comprobaron que para que sea factible la formación de una prolongación que permite la comunicación entre neuronas, el axón, es indispensable la activación de un receptor específico.
El trabajo, que ya fue publicado en la última edición de la revista internacional Nature Neuroscience señala que para desarrollar un sistema nervioso maduro, las neuronas deben experimentar un proceso de cambio llamado diferenciación, que consiste fundamentalmente en el crecimiento de prolongaciones (axón y dendritas).
A partir del contacto entre un axón (la prolongación de una neurona que conduce los impulsos a partir del cuerpo celular con posible liberación de sustancias transmisoras. También se conoce como neuroeje o neurita) y las dendritas (la prolongación protoplásmica delgada y ramificada del cuerpo celular de las neuronas; reciben los estímulos sensoriales), se conforman las redes neuronales que permiten la comunicación y circulación de impulsos eléctricos para transmitir información.
Los científicos de la universidad cordobesa encontraron uno de los mecanismos que inciden en la generación de axones y, según precisó el responsable del estudio, Santiago Quiroga, "descubrimos que para que se formen es imprescindible que se active una molécula receptora denominada «factor de crecimiento similar a insulina uno»".
Luego de realizar diferentes experimentos que apuntaban a bloquear la activación del receptor en neuronas del hipocampo de ratones, los especialistas observaron que, si esa molécula no está presente, es imposible desarrollar un axón.
El científico consideró "muy importante" encontrar y estudiar los mecanismos que gobiernan estos procesos neuronales, pues en la actualidad las enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y el mal de Parkinson, son muy usuales y esto obedece "al creciente envejecimiento de la población".
Explicó en tal sentido que al producirse la muerte en edades más avanzadas, aumenta considerablemente el número de personas con este tipo de patologías.
El trabajo consigna además que, en este contexto, conocer los pasos involucrados en el cambio de las neuronas, entre los que se cuentan las condiciones necesarias para la formación de un axón, abre el camino para avanzar en un posible tratamiento de estos problemas del sistema nervioso.

Condiciones apropiadas
Se señala asimismo que "si se trasplantan células indiferenciadas en el cerebro, es factible que puedan generar las prolongaciones y así establecer las condiciones apropiadas para su buen funcionamiento".
El informe considera que "unas 10 mil millones de neuronas comunicadas entre sí conforman el cerebro de un humano adulto" y explica que "la diferencia neuronal se produce básicamente durante el desarrollo fetal".
En ese marco, se destaca que hay determinadas regiones del sistema nervioso donde las neuronas son capaces de cambiar y generar conexiones en la vida adulta, como el sistema olfatorio y otras áreas relacionadas con los procesos de aprendizaje y memoria. (Télam)

http://www.lacapital.com.ar/2006/08/27/general/noticia_321515.shtml

Agosto 27, 2006

"La importancia de la Entrevista de Admisión".

El Área Asistencial abierta a la comunidad de la Escuela de Gerontología de la Universidad Maimónides ha organizado para el corriente año un Ciclo de Ateneos Clínicos.

Fecha: 8 de Septiembre de 18 a 20 Hs.
Actividad no arancelada
Lugar: Universidad Maimónides. Hidalgo 775. Auditorio I° Piso
Ciudad de Buenos Aires - Tel. 4905-1100 int. 1159/1160

Dra. Cynthia Mariñansky - Lic. Alejandra Sgromo
Asistencia e Investigación
Escuela de Gerontología.- Universidad Maimónides

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Actividades Académicas 2006 - Ciclo de Ateneos

"La importancia de la Entrevista de Admisión"

Presentación de casos clínicos a cargo de:

Dra. Ana Bou Pérez .Unidad de Geriatría del Hopital Ramos Mejía.

Lic. Alcira Gonzalez - Lic. Marta Waldmann. Servicio de Asistencia Gerontológica Integral. Universidad Maimónides.


Expertos invitados:
Lic. David Zolotow
Dr. Gerardo Gastrón

Presentación del libro "La vejez", de Rosa Rur.

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Seminario PREVENCIÓN Y PROMOCION DE TRATAMIENTO DEL DOLOR

Con motivo de conmemorar la “Campaña Mundial de Prevención y Promoción de Tratamiento del Dolor en el Adulto y Adulto Mayor”
Universidad Maimónides / Asociación Argentina para el Dolor
Dra. Noemí Rosenfeld / Dra. María del Carmen Gracia / Dr. Fausto Molina (A.A.E. D)
Jueves 21 de septiembre
16 a 18 hs.
Salon Auditorio
Hidalgo 775
NO ARANCELADO

Temas a desarrollar:

"Historia de la Asociación Argentina para el Estudio del Dolor y Ética en el Tratamiento del Dolor" - Disertante: Dr. Daniel Eduardo Levy.

"Prevención y Rehabilitación Musculoesquelética en Dolor Osteoarticular" - Disertante: Dra. María del Carmen Graciá.

"Tratamiento en Patología de Columna" - Disertante: Dra. Noemí Rosenfeld.

Auspiciado por:
Subsecretaría de Promoción e Integración Social. Ministerio de Derechos Humanos y Sociales del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Un desafío moderno: barajar y dar de nuevo después de los 50

El aumento de la expectativa de vida disparó el fenómeno: gente que se siente igual de activa que siempre y cambia de profesión, desarrolla una vocación postergada o arma las valijas en busca de otro aire.

Juan Pablo Casas
jcasas@clarin.com
27-08-2006

Sara Slipchinsky (59) atiende el celular en pleno supermercado de Toronto, Canadá. Está visitando a su hijo Gustavo. El menor, Javier, vive con ella en Buenos Aires. Después se irá a Nueva York, también de paseo. Sin embargo, lleva en sus bolsos los catálogos de sus últimas obras (fotos, objetos de arte, gráficas) para probar suerte en distintas galerías. Desde hace cinco años desarrolló su vocación como artista: cursos, talleres, seminarios y conferencias le fueron ganando lugar a su trabajo como psicoanalista: "Sólo atiendo mi consultorio, mis pacientes. No más hospitales ni clases en la UBA. Ese tiempo ahora se lo dedico a mi otra carrera".

La pregunta ¿qué querés ser cuando seas grande? ya no tiene sentido hacérsela sólo a los nenes. En los últimos tiempos también se le debe plantear a alguien de 50 años, como Sara. Porque ante la expansión de la longevidad, los especialistas afirman que cada vez son más las personas que "viven una segunda vida". Son los casos de gente que a esa edad cambia de profesión, estudia una segunda carrera con intenciones de ejercerla, desarrolla alguna vocación postergada por las obligaciones laborales o directamente concreta el viejo sueño de escapar de la agobiante rutina de las grandes ciudades y radicarse en los pequeños pueblos trabajando de algo totalmente distinto a lo que hacían.

"En los últimos años aumentó la cantidad de personas que llegan a los 60 ó 65 y se sienten capacitadas para seguir trabajando. O se dan cuenta de que tienen cuerda para más. Esto es, encarar nuevos proyectos o concretar viejas ilusiones en torno a sus trabajos, vocaciones o, incluso, familias", reconoce el médico Noé Vinocur, secretario de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría (SAGG). Los especialistas remarcan: el gran desafío de la medicina del siglo XXI es lograr que la longevidad conquistada se disfrute más tiempo lejos del geriátrico u hospitales.

Las estadísticas marcan la expansión del fenómeno. Tic. Tic. Cada dos segundos, una persona en el mundo cumple 50 años. Tac. Tac. Tac. Cada tres segundos una persona cumple 60. Los científicos estiman que en 2050 entre el 20 y el 25% de la población mundial tendrá más de 60 años. La generación del "baby boom" —los nacidos entre 1946 y 1964, precisan los expertos— le marca al planeta una nueva manera de envejecer, muy distinta a la de sus padres y diametralmente opuesta a la de sus abuelos.

Como la de Sara y su relación con el arte. Sus trabajos pueden verse en www.saraslipchinsky.com. "Al principio mis hijos pensaron que era un hobbie, pero cuando expuse y finalmente vendí un par de obras me tomaron en serio", cuenta entre risas. Junto con otros colegas expuso en ArteBA, Expotrastiendas, México, Panamá, Rumania, Austria y Brasil. Y hay puntas para montar muestras en Guatemala y otras partes de América. "Entrar al mundillo del arte me renovó muchísimo. Hay un plus de alegría y entusiasmo en todo lo que hago. Siento que me hace bien: conocer otros ámbitos, personas, ciudades, culturas", resalta Slipchinsky, quien primero fue maestra jardinera, después psicóloga y finalmente psicoanalista experta en niñez y familia.

Mientras en el INDEC siguen marcando los 64 años como el límite de la vida activa de un hombre (¡60 es el de las mujeres!), los especialistas se animan a hablar de una "cuarta edad", aunque no se ponen de acuerdo dónde termina la segunda y empieza la tercera. Y advierten que en la Argentina, por condiciones culturales, sociales y económicas de la región, existe un dispar proceso de envejecimiento.

"El fenómeno también tiene otro costado. La gran tasa de desempleo en la franja de los 45 a 60 años. Pensemos en una persona de esa edad, lúcida, activa, bien físicamente, pero en retiro laboral por el empuje de colegas más jóvenes. ¿Qué hace con todo el tiempo libre que le queda por delante?", se pregunta Vinocur.

Estudiar, por ejemplo. Lo resalta un sondeo hecho por Clarín entre distintas universidades nacionales: en promedio, uno de cada cinco alumnos tiene más de 40 años. En la de San Martín la tasa es del 18%, del 21% en la de Tres de Febrero y trepa al 23% en la de Lanús. Allí, hace un año abrieron el Area de Adulto Mayor, para atender las necesidades de gran parte de sus estudiantes. El fenómeno, aunque en menor medida, también se siente en las privadas. La Universidad de Morón (UM), por caso, tiene casi un 7% de alumnos mayores. En algunas de ellas las cifras de alumnos veteranos se duplican en los posgrados y en los cursos de extensión, una manera de profesionalizar un viejo hobbie.

"Las artes plásticas siempre fueron una vocación para mí. Nunca hice talleres hasta que en 1998, después de quedar viuda, los retomé. Y ahí explotó del todo", dice Slipchinsky, quien no piensa dejar su trabajo en el consultorio: "El psicoanálisis también es una pata importante de mi vida y no lo voy a dejar. Me gusta lo que hago y trataré de seguir hasta que me dé el cuero".

Aunque entienden que representa un fenómeno de clase (de sectores medios a altos), los expertos celebran esta nueva forma de envejecimiento. "Las personas que encaran proyectos a esta edad se muestran más activas y saludables. En realidad, más que envejecer, rejuvenecen. Es mentira que la vida empieza a los 40. A los 50 ó 60 también se puede arrancar", concluye Vinocur.

http://www.clarin.com/diario/2006/08/27/sociedad/s-03815.htm

La mezcla ideal
Sergio Danishewsky
sdanishewsky@clarin.com


Que quedan energías como para empezar de nuevo pasados los 50 es innegable. Lo aseguran los estudiosos y lo ilustran los ejemplos de estas páginas. Pero lo corroboraría de todos modos la percepción y la experiencia personal, con sus indicadores caseros: si nos detenemos a observar cómo juegan nuestros padres con nuestros hijos, por ejemplo. Cómo los viejos van otra vez a la escuela y aprenden de los pibes y de los nuevos métodos. Y, ya sin intermediarios, cómo el tiempo los hace sabios para ser pacientes con la soberbia de sus hijos. La longevidad creciente está alumbrando una combinación inmejorable: la que resulta de mezclar la energía intacta con la experiencia que dan los años. Como para no tener ganas de volver a empezar.

Vivir más y tener plata, la clave del milagro alemán


Andan en bicicleta, chatean en los foros de Internet, organizan caminatas por toda Europa o se inscriben en una universidad. En Alemania, los de más de 50 no sólo se ven y se sienten jóvenes, sino que consumen con avidez nuevas tendencias y servicios.

Tanto es así que hace 15 días se abrió en el oeste del país un instituto terciario exclusivo para los que ya pasaron los 50. El "Centro Europeo para Estudios Universitarios en la Tercera Edad" ofrece un carrera de formación general en el balneario de Bad Meinberg, en Renania-Westfalia. Los estudiantes asisten a clases dos veces por semana y el resto de los días pueden estudiar a distancia o hacer curas de talasoterapia, darse masajes, nadar o descansar en los numerosos hoteles cercanos dedicados a la salud. En 2007 arrancará la carrera de "senior consultant", destinada a que los mayores aprendan a volcar su experiencia laboral y vital a nuevos proyectos empresarios.

La "universidad para ancianos" surgió a partir de la cada vez mayor presencia de jubilados en las universidades. Aunque muchas veces sólo pueden asistir como oyentes, se calcula que unos 20 mil estudiantes alemanes tienen más de 60 años y casi la mitad de ellos tiene incluso más de 70.

"La creciente esperanza de vida y el buen poder adquisitivo de los mayores de 60 hará que jueguen un papel cada vez más importante en nuestra sociedad", explicó Peter Markus, coordinador de una academia de la iglesia protestante, en declaraciones al canal DZF. De ahí que también la industria electrónica quiera captar con nuevos productos a este numeroso y pudiente grupo (los mayores de 60 constituyen el 21% de la población alemana). Los celulares con teclas grandes y vistosas o los sistemas de navegación (GPS) "fáciles de manejar" son sólo algunos ejemplos de productos destinados especialmente a los mayores.

En Internet, además, cada vez hay más páginas y foros para ellos. Por caso, en www.ahano.de pueden buscar un puesto para colaborar ad honorem en un club infantil, cuidar chiquitos como "abuelos postizos", encontrar un compañero sentimental de más de 55 o pedir consejos sobre viajes y salud.